Inundaciones en el Bajo Lempa (23 de octubre): el retorno definitivo
Crónica de Angel Arnaiz (a través de Facebook)
(En este mapa pueden localizar las comunidades)
4:15 (Hora en El Salvador; +8 hora central europea) ¿Por dónde comenzar? Ayer noche de sábado traté de escribirles algo –fotos propias no tengo por mojarse la cámara- y se me cerraban los ojitos. Imposible transcribir una sola línea. Ahora son las 4 h 15 m del domingo. Los postes y cables de teléfonos de la zona, que sólo llegan a las cuatro primeras comunidades, están caídos y por tanto no tenemos internet. Acudesbal, por ejemplo, ha resuelto este gran problema de la comunicación haciendo sus oficinas provisionales en un ciber pequeño existente en San Marcos Lempa que ha alquilado.
Yo viajo todas las noches y regreso al amanecer todos los días. Así que aquí estoy, fiel a este espíritu comunicador que nuestro buen Dios ha puesto en mí. Ayer guié y acompañé la entrega de alimentos, artículos de aseo, personal y de viviendas, y ropa que la YSUCA, una emisora de la universidad que dirigen los jesuitas en El Salvador, y de gran audiencia y prestigio, en las comunidades de El Marío y el Presidio Liberado. Y fui entrevistado por periodistas de distintos programas de la emisora. El viernes también había intervenido en otros de la misma emisora –el artículo o nota del martes pasado sobre las inundaciones y el rostro humano de Dios ha sido bien acogido - y de Radio Nacional de el Salvador, que son las dos por las que he trasmitido algunas urgencias y necesidades inmediatas, situación de los albergues, o informaciones importantes durante todos estos días de llena o inundaciones.
Por eso, antes de regresar a la zona este domingo -en un ratito lo voy a hacer ya- he querido ponerme de nuevo en comunicación con todos mis amigos y amigas de facebook. Hay otros a quienes no puedo enviarles correos electrónicos por falta de tiempo, aunque estas notas son reproducidas en varios lugares y ampliadas su extensión, como en Cataluña, Madrid y Alemania, que sepa yo, lo que agradezco mucho.
5:15 h. Ya se visualiza la gravedad de la inundación, de esta súper llena, en la que todavía estamos metidos hoy, después de diez días de su inicio, en las distintas comunidades.
Babilonia y Los Lotes, como siempre, han sido arrasadas por las aguas. Su ubicación en la parte más baja y juntito a la ribera oriental del río las hace hipersensibles a las descargas de la presa última del Lempa, la más cercana a nosotros, la “15 de setiembre”.
La fuerza de las aguas del río Lempa ha sido tal en esta ocasión, que las aguas desbordadas por estas comunidades se movieron hacia el estero cercano de la bahía de Jiquilisco y le hicieron crecer, algo nunca visto en estos en la bahía en tierra, se inundaron las comunidades de La Canoíta, Las Mesas y Los Cálix, hasta el punto que tuvieron que crear sus propios albergues, algo nunca visto has ahora. Por cierto, que estos albergues como otros de la zona, El Angel o Los Cálix, por ejemplo, salieron pronto de los apoyados por Protección civil, fuera de la zona, y carecen todavía de atención médica y de alimentos, por lo que ha sido Acudesbal y organizaciones de fuera del lugar y gentes particulares quienes sostienen estos albergues todavía hoy, sin interrupción.
También el agua llenó El Zamorán y el Cedro, algo bien difícil porque son un poco más altas. En esta ocasión el agua llegó hasta La Limonera, varios kilómetros delante de El Cedro. Impensable hasta hoy.
Las comunidades del centro de la zona, más bajitas y que siempre se llenan sólo con el agua de lluvia, todavía ayer sábado estaban con agua en buena parte de ellas. Al albergue de El Angel se entraba con dificultad y eso vehículos de doble tracción, para dejar alimentos o ropa o informarse de algo. En este albergue hay gente de Las Arañas, otra de las comunidades o poblados más golpeados por las aguas de esta llena.
Ciudad Romero tiene el serio inconveniente de estar asentada alrededor de un dreno o canal artificial para las aguas, que le atraviesa en diagonal de noroeste a sureste, buscando el cauce hacia la bahía, que hacia donde se dirigen las aguas de estas comunidades. Ese dreno se sobrellenó de las aguas del Lempa, junto con las aguas que llegaban en directo vía El Zamorán y Nuevo Amanecer, situadas al poniente de ella. Por eso la inundación fue diferenciada en sus calles y casas, según estuvieran más próximas o más lejanas al dreno, aunque toda la comunidad se vio afectada. Todavía este sábado un poste eléctrico caído sobre la calle junto a la iglesia impedía el paso por ese lugar, víctima de la fuerza que llevaba la corriente del dreno allí, convertido en un chiflón poderoso.
De un modo como milagroso, me parece a mí, que comunidades como La Canoa y Amando López hayan permanecido casi secas, con apenas agua en algunos puntos más bajos y eso por las lluvias, no por el río Lempa. Nos alegramos mucho por ello, porque siempre han sido comunidades muy golpeadas en acontecimientos así. Claro, que sus tierras de cultivo no se libraron tanto y las pérdidas productivas existen también aquí.
Nueva Esperanza ha sido arrasada de manera especial por confluir el agua del Lempa y de otros dos ríos pequeños por ella. Hacemos nota aparte por este motivo.
5:30. Nueva Esperanza tiene dos ríos pequeños en ella que la benefician, salvo cuando se desbordan como en esta ocasión. Crecieron al compás de al crecida del río Lempa desbordado. Y con ellos los drenos que dan salida a las aguas en tiempo de lluvias. O sea, se junto todo. Uno de los ríos, el que corre por el interior de las tierras de cultivo y pasto, al oriente de la comunidad, al llenarse y salirse de cauce no sólo cubre los terrenos por donde pasa, sino que echa parte de sus agua la dreno que atraviesa la parte norte de la comunidad, junto al instituto y locales de ganadería. Como esta parte es un poco más elevada, a unos nueve metros sobre el nivel del mar, deja caer sus aguas sobre calles y viviendas con sus patios o lotes y cubren todas las casas y edificios. En este caso llegando hasta los dos metros en muchos lugares del centro y parte baja, al sur del poblado, donde se encuentra la escuela. Aquí une sus aguas con otro dreno, también desbordado, por lo que toda la comunidad queda llena o super llena, como en esta ocasión memorable, que duplicó al huracán Mitch (1998), nuestro punto de referencia hasta hoy en destrucción por inundaciones.
Así que ahora, sobre todo el domingo, lunes y martes pasados, días 16, 17 y 18 de octubre, se han encontrado las aguas de tres ríos, dos pequeños, pero desbordados, y uno muy grande, súper desbordado y con drenos que sirven de comunicación a esas aguas y que al desbordarse también ellos forman como un cuadrado cercando la comunidad. Ya saben los momentos dramáticos que vivimos el lunes en la noche con 57 hombres aislados, con frío, sin comer ni beber casi, sólo agua de lluvia, y sin lugar donde meterse, hasta que llenaron el campanario de la iglesia, único lugar que permaneció sin cubrir por las aguas. Allí estuvieron de pie, parados, como se dice por aquí, sin dormir y con malas perspectivas de rescate. Dramático en sentido estricto, para ellos y sus familias y gentes cercanas a ellos. Y ahora la recuperación de lo que sea posible, si queda algo posible.
Esta noche les escribo más, sobre el retorno a casa de las albergadas y albergados, y la gran limpieza de lodo que hay que hacer. Ayer sábado llegaron voluntarios jóvenes del departamento de Morazán y estudiantes de la Universidad Nacional y cuadrillas del ejército incluso a ayudar a limpiar. El mecánico, con su ayudante ya está reparando carros dañados por las aguas lodosas en Nueva Esperanza... La vida sigue. Vamos adelante, a empezar otra vez. La tercera en veinte años. ahora con experiencia acumulada, además de una gran solidaridad nacional e internacional, que me admira, de verdad, a pesar de venir conociendo estas situaciones desde hace más de treinta años.
21 h. Esta puede ser como la nota o crónica breve final de esta historia de la llena o inundaciones D-12 2011 en el Bajo Lempa usuluteco. Son las 21 h del domingo 23 de octubre. Hace diez días comenzamos. Mañana comienza la etapa posinundaciones.
Hoy se vieron caras alegres encima de grandes, altos, camiones, camiones oficiales de la alcaldía y otras instituciones estatales, de baranda baja y, por tanto, con algún peligro en el transporte de personas, más si son niñas y niños en buena proporción, junto a sus mamás y otros familiares, llenos de cambalaches, como cobijas, colchonetas, bolsas con ropa y otros chunches recibidos en los albergues respectivos.
En Nueva Esperanza, por las calles, montones de objetos mojados hechos basura, esperando ser recogidos. También muebles de cocina, de habitaciones, sillas, mesas, algún closed o armario, chineros, colchones y camas, bueno, junto a las puertas de entrada a los lotes o en los lotes mismos, parecían las calles de un barrio de bazares en exposición y venta, todos secándose después de una detallada, precisa, y fuerte lavada. Roberto limpia y limpia la bicicleta pequeña de sus hijos.
Angel Frías comenta: “He lavado mi plato tres veces y una cuarta con lejía”. Filadelfo comparte con Romel: “Son mejores los muebles de plástico. Estos que parecen de madera se descomponen todo y ya no sirven”. Esperanza llora: “Tanto que me ha costado sacar este comedor, pagarlo letra por letra y ahora mire”. Las sillas, nuevas, con el asiento de tela mojado y desvaído y las patas algo estropeadas, la mesa con el barniz perdido.
Una alegría grande ha sido comprobar que las refrigeradoras funcionan; el ruidito ese característico cuando arranca el motor y se mantiene, ha resultado la mejor música escuchada desde hace días. Y el microondas de mi casa encendió bien. También otros artefactos de esos, de esto y de lo otro. En mi caso un aparato de sonido con altavoz, transportable, muy útil, ha aguantado las torrentadas de agua lodosa que le han caído. En fin, recuperando lo que ya dábamos por perdido, que es como que toque la lotería.
En algunas casas ya comenzaron o están avanzados, en otras algo más atrasados, pero el lavado y tendido de ropa para que les de el sol durante horas es otro trabajo importante que queda por hacer en su mayoría.
Tengo presente a la comunidad Nueva Esperanza mientras escribo, pues en otras comunidades, por lo que he visto, están en otras situaciones. Serán las familias afectadas mucho de esas comunidades quienes comparten una visión semejante a la descrita.
Es el retorno definitivo a casa desde los albergues y las profundas y minuciosas limpiezas de enseres de todo tipo lo que ha marcado este día. Cuando amanezca mañana lunes 24 estaremos en una nueva etapa: la de posinundaciones.
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